Nuestra experiencia en la excursión “África Salvaje”


Se estaba llenando mientras caminábamos por Harambe Village. La fila tardaba una hora para el “Safari”, que de nuevo, es otra tarde más durante el verano. Esperábamos que estuviera muy lleno, como de costumbre, pero había estado bastante manejable hoy. No que importara mucho, puesto que iríamos a un “safari” privado durante 3 horas! Hicimos nuestro registro con facilidad, nos dieron un millón de formatos para llenar, en caso de que los cocodrilos en Disney nos “comieran” y ese tipo de cosas. Ahora bien, si hay algo que a Disney le gusta, es la seguridad. Nuestros arneses estaban asegurados con una “precisión militar” y fueron revisados una, dos y hasta tres veces por los diferentes miembros del personal. Estos arneses, son necesarios por distintas razones, las cuales explicaremos más adelante. Nos encontramos con la otra familia que iba a salir con nosotros, un grupo de cinco personas, eran encantadoras. Creo que el número máximo de participantes que puede tener en este tipo de tours,  es de 12 a 15 personas, éramos un grupo de nueve, lo cual fue excelente.

Conocimos a nuestros guías turísticos, Tiffany y Anna, quienes nos conectaron al sistema de sonido. Sucede que te dan unos audífonos, para poder escucharlas en todo momento. Durante gran parte de la experiencia, hay que ir haciendo fila conforme atraviesas los  bosques, por lo que de otra forma sería difícil escucharlas. Aunque, la mayoría de los tours tienen este tipo de sistemas ahora. Recuerdo cuando hicimos Keys To The Kingdom hace años, fuimos el primer tour en probar este tipo de aditamentos. Sin embargo, hoy el mío no quería funcionar y tuve que cambiarlo un par de veces. Ava (nuestra pequeña hija) no pudo continuar con el auricular que le dieron, ya que su oreja es demasiado pequeña, por lo que le dieron auriculares normales (tipo diadema), lo cual fue mucho mejor.

Empezamos por el sendero de Gorilla Falls, a pesar de que no íbamos a ver a los gorilas (este era un atajo para llegar al “safari”), las guías se detuvieron para explicarnos lo que estábamos presenciando. Había mucha gente observándonos, preguntándose qué estábamos haciendo. Para ser honestos, nos veíamos un poco ridículos con todo nuestro equipo! Encontramos nuestro camino (atajo) y pronto estábamos detrás de escenas, caminando en medio de una densa área boscosa. 

Este no es el tipo de tour para aquellos que tienen algún tipo de discapacidad. El terreno es áspero y lo digo en toda la extensión de la palabra, no “tipo Disney”. Nuestra primer parada fue con los hipopótamos. Si alguna vez han estado en este “safari”, una vez que llegas a la primer área de hipopótamos, voltea hacia atrás y verás un riel largo de metal. Es a esto a lo que estábamos unidos (atados). Parece como la cuerda de un “bungee” amarrada a nuestro arnés, pero esto significa que podemos llegar hasta el borde del área de hipopótamos y verlos de forma segura. Justo en ese momento, llegó otro guía, era el encargado de los hipopótamos. Era increíble, todo un experto, divertido y muy informativo. Descubrimos que dos machos vivían en ese recinto, padre e hijo. Se supone que es muy raro para los machos de esta especie, aún si son familia, el que puedan vivir juntos, ya sea en su hábitat natural o en cautiverio, así que estos eran más que especiales. Estaban enormes, a pesar de que el hijo aún estaba totalmente desarrollado. Los estaban alimentando en lo que estábamos ahí. ¡Y por Dios! No quisiera acercarme mucho, esas bocas con dientes enormes, sí que dan miedo!

Continuamos caminando por la selva y justo en ese momento, recordé que las guías parecían como cuando sales de excursión en la escuela, una iba por delante y otra detrás. Esto es realmente bueno, porque quién no estuviera guiando, llevaba una cámara para tomar fotos en todo momento. Esto era genial, ya que no tenías que preocuparte por tomar las fotos tu mismo (aún así llevamos la cámara para nuestros “vlogs”).

Después, llegamos a uno de los puntos más destacados del tour, los puentes (sostenidos por cuerda). Nuevamente, nuestros arneses y equipo fue revisado un billón de veces. En el “safari”, hay un gran encierro de cocodrilos, la próxima vez que visite el área, vea hacia arriba y verá dos enormes puentes con cuerdas, esos fueron los que cruzamos. De verdad, me encanta su originalidad. A propósito, tiene dos enormes espacios y tablas rotas. De igual forma, nos alentaron a que nos detuvieramos mientras caminábamos para admirar el paisaje. 

También les dijeron a los niños, que no los regañarían si se les ocurría brincar mientras estábamos ahí. Y bueno, no tuvieron que decirle dos veces a Ben, estaba desesperado por saltar! Ava, mientras tanto, siendo como es, saludaba a los camiones de “safari” que pasaban hasta que ellos la saludaban también! Es realmente increíble, puedes caminar sobre los cocodrilos, es verdaderamente una experiencia especial. La amé!

Después de que nos desengancharan del puente, inmediatamente nos ataron a otro riel, justo cuando pasábamos por encima del recinto de los cocodrilos, esta vez mucho más abajo. Llegó otro cuidador para explicarnos acerca de ellos y de las peleas que tienen! Después de eso, había más por caminar por la selva, para que al finalizar nos quitáramos nuestro equipo. Fue un momento de alivio, la verdad no era tan cómodo traer todo eso puesto. 

Nos subimos a un camión especial para “safari” y salimos a la sabana. Tuvimos el privilegio de poder orillarnos muchas veces, de esta forma los guías nos podían explicar todos los animales que íbamos viendo. Su favorito era “Ben” (coincidencia) y era un tipo de antílope (se me olvidó que tipo). Aparentemente, le gusta hacer coronas con el pasto y dejarlas en su cornamenta, de hecho lo vimos hacerla. Era muy divertido! También nos detuvimos por mucho tiempo con las jirafas. Descubrimos que las jirafas, duermen de pie y solo por un par de minutos, para estar así siempre alertas. La única manera de que lo hagan sentadas (arrodilladas) es, si se sienten cómodas y seguras, cosa que presenciamos. Vimos una como se levantaba, lo cual tal vez es de las cosas más chistosas que he visto!

Recipientes de comida en la experiencia “África Salvaje”, Disney Animal Kingdom

El siguiente fue otro punto a resaltar. Nos llevaron a un mirador especial, o “Boma”, para comer algunos bocadillos. Ahora, qué digo merienda, ¡fue más una comida! Te dan “una lata” de dos capas (tenía un nombre especial, que se me ha olvidado por completo). Allí había varias latas pequeñas con algo de comida deliciosa. Ava tenía uno para niños que tenía queso, fruta, una envoltura de queso y jamón y uno lleno de M&M y frutas secas. Creo que también había algunas otras cosas. Anthony y Ben tenían un pollo condimentado (que era esencialmente pollo de coronación), una envoltura de salmón, camarones, hummus y pita, fruta y algunas otras cosas que también he olvidado. Soy alérgica a los moluscos, por lo que si no estoy en casa, tiendo a evitar los mariscos por completo, por si acaso. Así que en lugar de los camarones me dieron una ensalada de garbanzos y quinoa que era absolutamente deliciosa. También me dieron una ensalada de frijoles en lugar de la envoltura de salmón (supongo que solo estaban siendo cautelosos), pero eso también fue muy bueno. Lo maravilloso de estar aquí es que realmente puedes ver toda la sabana, y también te proporcionan binoculares. Creo que estuvimos allí durante 40 minutos más o menos. Teníamos una gran vista del área de elefantes, ¡y el bebé elefante era muy lindo!

Cuando terminamos, volvimos al camión y fuimos a ver un poco más de la sabana. Pasamos mucho tiempo con los rinocerontes blancos y nos dijeron que su verdadero nombre nunca fue un rinoceronte blanco … ya que no son blancos. Se suponía que debían llamarse rinocerontes anchos debido al tamaño de sus mandíbulas, pero en “africano” la palabra ancho es tan similar a la palabra blanco que se confundió con los años y se convirtió en el “rinoceronte blanco” en lugar del “rinoceronte ancho”. A veces escucharás acerca de esto en el “safari” principal, pero nos lo explicaron con más detalle. Luego fuimos a la zona del guepardo y nos estacionamos. Los guepardos son mi animal favorito, pero como son tan solitarios, rara vez los ves. ¡No fue así hoy! ¡Había tres de ellos y eran muy activos, corriendo y muy cerca! ¡Probablemente tuvo algo que ver con los antílopes que caminaban muy cerca del sendero! Aunque no pudieron llegar a ellos, ¡estaban muy interesados!

Pasamos la siguiente media hora más o menos parando en varios puntos del “safari”, antes de regresar al punto inicial. Nunca habíamos pasado tres horas tan rápido. No es un recorrido barato de ninguna manera, pero realmente es uno de los mejores y una visita obligada para cualquiera que disfrute de Animal Kingdom y el Safari. Nuestros guías fueron increíbles y lo hicieron muy ameno teniendo en cuenta a todos los que estábamos allí.

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